El Resultado es un concepto que puede solo referirse a “lo que resulta” de una acción, es decir que, desde esta mirada, consideramos que “toda acción tiene un resultado” independientemente, de cuál sea.
Pero también el resultado puede tener en cuenta la calidad del mismo. “Buen resultado”, “Mal resultado”.
Es aquí donde El Resultado Marca La Diferencia.
Y dentro de esta connotación, todo nuestro ser está involucrado.
Estamos acostumbrados a buscar la afinidad, los juicios similares, el “que piensa como yo”, creyendo que esta es la única forma de crear y sostener vínculos poderosos, de cualquier tipo.
Y esto no es así.
Las relaciones más efectivas que podemos construir tienen en cuenta precisamente lo contrario… es decir, las disidencias, las diferencias, la diversidad.
¿Dos personas que por pensar de la misma forma, resulte lo mismo escuchar a una que a otra, o dos personas que por pensar diferente nos ofrecen cada una, una posibilidad y perspectiva, también diferentes y por ende, se amplía nuestro espacio?
La efectividad del funcionamiento de un equipo, desde una familia a una empresa, se basa en apreciar las diferencias que caracterizan a cada uno de sus componentes. Al valorar las diversidades, el aprendizaje es continuo mediante el feedback de opiniones contrarias.
¿Cómo son tus amigos?
¿Y aquél con el que te sentís más ligado?
¿Dice lo mismo que tú y desde tu misma mirada?
¿Qué crecimiento se produce al contarle tus vivencias? ¿Es distinto de decírtelo a ti mismo? ¿Qué aporte puede hacer si piensa lo mismo que tú?
Necesitas cambiar tu mirada si estás poniendo un bloqueo a tu posibilidad de relacionarte, con la barrera “Piensa diferente que yo”.
¿Cuál es tu actitud frente a alguien con un punto de vista diferente al tuyo? ¿Rechazo? ¿Huída? ¿Confrontación? ¿Respeto? ¿Entusiasmo por la posibilidad de sumar?
La confrontación es uno de los “Cinco tipos de cánceres emocionales metastásicos” según la calificación de Stephen Covey. Él llama así a cinco actitudes que nos impedirán encontrar nuestra Propia Voz.
¿Suena fuerte?
Tan fuerte como su consecuencia. No encontrar tu propia voz significa que la vida pasará por ti mientras crees que tú pasas por ella.
Encontrar tu propia voz es conectarte con tu misión en este mundo. Es hacer lo que viniste hacer, es que tu vivir tenga sentido.
Una vez que seas conciente de que Sumar Diferencias, suma –valga la redundancia- siempre, necesitarás tener claro que…
Confrontar no sirve y sus consecuencias son muy peligrosas.
Hacer acuerdos es poderoso.
Respetar enaltece y produce.
No cambiar tu mirada revela tu necedad.
El mar estaba muy picado hacía varios días. La visibilidad era muy precaria. El capitán del enorme acorazado recomendó a su tripulación permanecer alerta.
– Por favor, informe inmediatamente cualquier novedad. -ordenó con seguridad el capitán a su segundo.
Tan pronto oscureció uno de los marinos anunció:
– Atención, una luz está brillando hacia el norte.
– ¿Se está moviendo o está quieta? -preguntó el capitán.
– ¡Se está moviendo! -respondió el segundo.
El capitán llamó al encargado de las señales y le dijo:
– Avísele a esa embarcación que si sigue en esa dirección está en grave riesgo de estrellarse contra nosotros. Aconséjele que vire 20 grados hacia el este.
Como no hubo respuesta y la luz seguía acercándose, el capitán decidió encargarse personalmente de la situación.
– Atención, atención. Habla el capitán de este gran acorazado. Le advertimos una vez más, cambie de curso o nos estrellaremos contra ustedes.
– Háganlo ahora. -insistió el capitán con firmeza.
Entonces una voz tranquila y segura le respondió:
– Aquí habla el marinero Pérez. Acorazado, cambie usted su rumbo 20 grados hacia el este.
Al oír esto el capitán, ya salido de casillas y casi gritando, dijo:
– Por última vez marinero. Este es un barco de guerra, vire inmediatamente 20 grados hacia el este.
Y la respuesta que recibió fue:
– Yo soy el faro. Usted es el que debe cambiar de curso.
La palabra Entusiasmo significa exactamente esto: “Llevar A Dios Adentro”.
Cuando nos dejamos llevar por el Entusiasmo –creían los griegos- hemos sido “poseídos” por un dios, y por eso los poetas, los profetas y los enamorados (que están permanentemente entusiasmados) merecen respeto.
¿Cuál fue la última vez que te sentiste entusiasmado?
¿Te entusiasma lo que haces?
Desde la mirada del Coaching Ontológico –una que te da poder y se enfoca en que vivas mejor- el entusiasmo es un estado de ánimo y como tal, lo podemos generar nosotros mismos.
Es diferente de una emoción, la que no podemos evitar ni tampoco crear.
El entusiasmo es vital…literalmente.
El entusiasmo es el remedio para…
A) Las indecisiones.
¿Cómo te sientes cuando no puedes tomar una decisión?
Después de, más o menos un día sin tomarla, ¿tienes la sensación de que tu cabeza está llena y te pesa?
Tomar una decisión te libera. Aunque aún no hayas pasado a la acción, una vez que decidiste qué elegir (toda decisión implica una elección) te sientes liberado.
Si definitivamente, no te atreves a tomar una decisión…la estás tomando, amigo. Estás tomando la decisión de no decidir…
¿Adónde te parece que te deja tu inacción?
¿Resolviste el asunto?
¿Cuánta es la carga que llevas por no decidir?
El entusiasmo tiene coraje. ¡Entusiásmate…y el coraje vendrá!
La resignación es el estado de ánimo que adoptamos cuando creemos que no podemos hacer Nada, no podemos intervenir en lo que nos sucede…pero esta creencia solo proviene de un juicio.
Quiero llamar tu atención sobre la diferencia que existe entre la resignación y la aceptación. La aceptación es darnos cuenta de que lo que sucede es fáctico (la facticidad es un estado de las cosas que no se pueden cambiar. Por ejemplo: un cuadrado tiene cuatro lados iguales). La aceptación es un estado de sabiduría, la resignación es un estado de debilidad de espíritu.
Si estás entusiasmado, jamás sentirás resignación.
Los resultados que buscamos en cualquier ámbito de nuestra vida provienen siempre de la acción. Sin acción no hay resultados.
El factor fundamental de que podamos pasar a la acción…es el entusiasmo.
¿Estás siendo una persona que observa, estudia pero no hace?
¿Te aíslas, no conversas, no interactúas porque no tienes ganas?
¡Entusiásmate! ¡La vida es acción! ¡La vida es relación!
¿Sabes cómo entusiasmarte?
En numerosas oportunidades y conversando sobre entusiasmo en sesiones con mis coachees, ellos llegan velozmente a darse cuenta de que el entusiasmo es necesario para una vida feliz. Entonces…viene su pregunta: -Ok, pero ¿Cómo hago para entusiasmarme?
En ese momento, recuerdo a Dale Carnegie, uno de mis maestros primeros. El decía:
¡Conectemos!